Beneficios de ir a la playa
La playa, sin duda alguna es uno de los mejores lugares para conocer, visitar o escapar un fin de semana luego de una larga jornada de trabajo.
La playa combina varios elementos naturales que brindan beneficios a la salud, tanto el agua salada, la brisa del mar, la arena y hasta el sol crean un ecosistema provechoso para sus visitantes.
Relajación
Empezando con el sonido de las olas reventando y la llegada del agua a la orilla, según el biólogo marino Wallace J. Nichols, esto genera una sensación de calma que reduce significativamente la ansiedad en las personas.
Ir a la playa a relajarnos, en vez de a una gran ciudad, no es sólo por el hecho de encontrarnos con menos gente sino porque realmente el entorno marítimo ayuda a mejorar nuestros niveles de estrés.
La brisa también posee varios beneficios, entre ellos el aumento de los niveles de serotonina en el cuerpo, una hormona asociada a la felicidad, disminuyendo el estrés y la ansiedad.
Mejora la piel
Si algo tiene el agua de mar además de ser refrescante, es que contiene diversos minerales muy beneficiosos para la piel, entre ellos están: magnesio, sodio, potasio, yodo y calcio, razón por la que el agua es salada.
Esta composición trae mejoras en las enfermedades dermatológicas como dermatitis, reduciendo la inflamación y generando una acción antialérgica en la piel.
Además, mejora la circulación de sangre en los tejidos y tiene un efecto antioxidante.
La arena, por su parte, sirve como exfoliante natural para eliminar la piel muerta. Igualmente el caminar descalzo encima de ella regenera la piel de las plantas de los pies.
Mejora la respiración
Al respirar la brisa marina el ritmo cardíaco se hace más lento y mejora la circulación periférica, aumenta la amplitud de los movimientos respiratorios, mejorando la ventilación pulmonar y aumenta la hemoglobina.
El aire de la playa, además, produce ozono de forma natural con propiedades bactericidas que también previene enfermedades respiratorias. Mucho mejor que respirar el aire de ciudad.
Más músculo, mejores articulaciones
Lidiar con la arena y el mar no es trabajo fácil. Realizar ejercicios como caminar o correr en la arena ayuda a tonificar la musculatura de las piernas y hasta los glúteos, además, si se hace descalzo y en contacto con la orilla del mar, mejora la mecánica del cuerpo y refrigera la sangre.
Sumergirnos en el agua hace trabajar a los músculos debido a la resistencia impuesta para mantenerse de pie contra las olas y la marea.
Igualmente, este sencillo ejercicio logra mejorar los cartílagos ya que nuestro peso se ve disminuido dentro del agua por lo que el esfuerzo es menor en esta zona.
Ir a la playa te hace sentir bien, así que si tienes la oportunidad escápate unos días, pero eso sí, no olvides cuidarte del sol con un buen protector solar.