Tipos de adictos a las redes sociales, ¿cuál eres tú?
Algunos no pueden vivir sin twittear, subir historias y otros sin revisar si tienen nuevos seguidores y hay quienes matan porque sus posteos reciban un “Me gusta”.
El chequeador compulsivo
Revisa contantemente su teléfono o computadora para ver nuevos tweets, fotos o post.
Esto en ocasiones le acarrea regaños en el trabajo y disgustos con su pareja y amigos al no poder dejar las redes sociales ni un minuto.
El que le gusta todo
Dícese del sujeto que no dispone de mucho tiempo para comentar lo que postean otros usuarios y con tal de compensarlo le da “me gusta” a todo lo que ve.
Sin embargo, esto puede resultar contraproducente cuando las publicaciones de sus amigos son tristes y en lugar de “un pulgar hacia arriba” esperan un comentario de apoyo.
El amante de las notificaciones
Las alertas sonoras parecen ser su sonido favorito, pues en cuanto escucha un leve bip o siente una vibración, inmediatamente deja lo que está haciendo para revisar que está pasando en sus redes sociales.
El iracundo
A este sujeto le fastidia de sobre manera que una red social falle o se caiga su sistema, pues siente que se está perdiendo de algo sumamente importante mientras dura la avería.
Además de que esto le genera frustración pues tiene la necesidad de expresar su ira en las redes pero ¡no puede hacerlo! Generalmente se desquita una vez que el error fue solucionado.
El experto
Es una persona que acostumbra alardear sobre su impresionante manejo de las redes sociales e incluso se oferta laboralmente como «community manager».
Sin embargo dado que en la actualidad casi toda la gente es experta en este tema, su “ventaja competitiva” no suele impactar.
El influyente social
A él no le interesan tanto lo que publican los demás, y ni siquiera lo que él publica; sino más bien el nivel de influencia que tiene en las distintas redes sociales, por lo que más que adicto a ellas, se convierte en adicto a los sitios que miden el puntaje.
El que odia las vocales
Principalmente ocurre en Twitter donde los 140 caracteres a veces no alcanzan para escribir una idea.
Por eso este tipo de adicto elimina las vocales y termina escribiendo en una especie de código que hay que revisar varias veces para poderlo comprender.
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Egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana
